miércoles, 3 de noviembre de 2010

Madres extraordinarias


Madre extraordinaria
Si Odille Villavizar se le pone delante lo primero que le va a dedicar es una sonrisa. Ella es una persona muy simpática con un sentido del humor a prueba de terremotos y eso la vida le ha dado la oportunidad de demostrarlo. Odille es la bujía inspiradora de un grupo de apoyo para padres con hijos autistas al cual pertenezco.Es madre de dos niños con esta condición. Como ella y su esposo Nazario vivieron en el exterior, tuvieron la oportunidad de llevar a sus hijos a centros especializados pagados por el Estado donde lograron grandes avances para su desarrollo personal e integración a la sociedad.
Pero, de vuelta a nuestro país, se encontraron con que los padres con niños especiales debemos andar solos con una espada en una mano y un fajo de billetes en la otra para cortar obstáculo y pagar lo inimaginable por servicios imprescindibles.
Odille ha logrado reunir en numerosas ocasiones a padres y madres con niños autistas, o con algún rasgo de autismo, y allí los testimonios han conmovido a los más enteros. Escuché de una madre que vive en la Vega, lleva todos los días a su hijo a recibir clases a Santiago y permanece dando vueltas en la ciudad hasta que él sale de clases.
Otra madre enviudó durante la recuperación post parto y ha debido enfrentar sola la lucha feroz por la educación de su hijo que ya es un adolescente. Un padre, llegado desde Barahona, hablaba con orgullo de que, aunque no fue posible alfabetizar a sus hijos, sí lograron que aprendieran a montar bicicleta y practican otros deportes.
Algunas madres han debido defender a sus niños de la discriminación. También una joven contó que se enfrentaba a quienes osaban usar motes con su hermano. Pero el testimonio que más me conmovió llegó a través de la red de correos que Odille utiliza para mantenernos informados sobre las actividades que organiza o algún tipo de información que los miembros del grupo requieren.
Fue en uno de estos correos que recibí el mensaje de la madre de Gabriel Alejandro, un niño de tres años que vive con su familia en la Florida. El es autista y su mamá cuenta que antes de enterarse de que su niño tenía esta condición leyó un letrero que, sin saber por qué, la impacto.
Dice así: “Dios le da hijos especiales a madres extraordinarias”. Al leerlo yo también me estremecí. Fue la respuesta a ese porqué que se preguntan los padres de niños especiales, antes de convertirse en seres extraordinarios, como Odille.

Publicado Marzo 12, 2008 por Aliciaestevez.worpress.com

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